Hace unos años que a mi mujer, le volvió a llamar el gusanillo de la natación, la verdad que a mi me agujereaba (y lo sigue haciendo), pero ella nadaba de pequeña y en su adolescencia en Perú en un club de la capital Lima, y lo hacía y lo hace muy bien.
Pasaron los años, y ya estando en A Coruña, volvimos a que nos picase el gusanillo del deporte, poco a poco corriendo, nadando e incluso en bici. A ella le gustó una prueba en Lugo denominada Minius. Participamos 2016, y en 2017 en su categoría hizo tercera en el 1500 metros.
Se me caían las lágrimas cuando la vi en el podio, orgullo de marido le dicen 🙂 . A ella le entró por el ojo, una travesía, que organizaba también en club natación Portamiñá , la heroica , que se hacía en Los cañones del Sil, cerca de Monforte de Lemos. Paraje espectacular, y una zona muy buena para nadar.
Para los que somos peixes de piscifactoria 😉 (es decir, que no nadamos y somos de piscina), los ríos son nuestro hábitat natural 🙂 . Este año 2018 nos hemos apuntado a muchas y muchas travesías entre los dos:
- Travesía Santos Inocentes , 2000 metros en santa cristina el 31 de diciembre
- Travesía Costa Coruña 3000 metros y 1000 metros en riazor : En esta , claudia hizo 5ª absoluta, otro orgullo de marido.
- Travesía Costa Oleiros 3000 metros: aquí claudia hizo un segundo puesto absoluto.
- Travesía Minius 4000 metros en Lugo
Y nos llegaba el tiempo de afrontar el mayor reto de agua de la temporada, la heroica 5000 metros. Nos apuntamos como quien no quiere la cosa, y lo entrenamos y bastante. Así que el día d a la hora h, cogimos el coche camino de Monforte.
Llegamos como 2h30′ antes de la travesía, porque no nos darían sino los gorros. Y bajo un calor de 30 y pico grados, estuvimos esperando junto a nuestro compañero del Hércules, Felipe.
Después de echarnos crema, beber mucho, nos dirigimos al pantalán para la salida. Y a las 16.30 de la tarde, nos lanzamos al agua, medio deshidratados, pero más felices que una perdiz.
La verdad es que era la primera vez que nadábamos tal distancia, y más aún sin neopreno. La semana anterior yo venía de nadar 4000 metros en lugo con neopreno, yéndome el tiempo a 1h24, pero no me esperaba lo que iba a venir.
Comenzamos a remar los dos juntos, pero el agua pone a cada uno en su sitio, así que al de 1000 y pico metros, «la nadadora» de la casa, levó anclas, y yo me cogí mi ritmillo. Claudia, me había estado esperando bastante rato, ya que yo voy bastante más lento que ella, y más sin neopreno.
Iba intentando mantener la cabeza serena, pensando en otras cosas, contando las brazadas para sacar la cabeza, cantando la dichosa canción de la casa de papel :
A veces cantando temas de abba:
O incluso el painkiller de judas priest:
Cualquier cosa que me mantuviera centrado, evitando las ramas, la gente cruzándose (mira que el dichoso río era ancho eh? ), y parando cada boya , mirando si veía a mi mujer (iluso de mi, habría pasado media hora antes como mínimo).
Y en un abrir y cerrar de ojos , jajaja, que coño, sería al menos al de 1h30′ , llegué al 3750 metros, ahí me vine arriba, a ver, venir venir arriba tampoco, le di un poco caña, ya que las patas iban bien, el hombro seguía aunque un tanto dolorido, y pude encarar el 300 final, la santa boya roja, y se veía al fondo la amarilla, si, aquella que marcaba el final, solo era torcer y la meta estaba ahí.
Los que hacéis travesías, sabéis que los 100 finales, cuando ves la meta, se hacen un tanto eternos, pues en este caso más aún. Todavía no sabía que llevaba cerca de las 2h10′, estaba deshidratado, pero muscularmente bien, y en un abrir y cerrar de ojos estaba ya en la meta….
Y lo primero que vi fue a ella, la causante de todo ese objetivo, mi mujer Claudia, que había acabado un rato antes (creo que una media hora antes 😉 ) , estaba fresca como una lechuga, y yo más arrugado que una pasa, pero contento, porque ella había podido hacer su sueño, y yo, no me había ahogado.
La verdad sea dicha, que una de las cosas en las que pensaba en el agua, era en Lema, si sis, en Lema, mi compañero del Hércules, que tanto toca las narices…. que me dice que el año siguiente voy a nadar en una piscifactoría, pero que hace que cada vez que vamos a un tri, sea especial, cuando empieza por el guasap del club, a hablar del olor a neopreno en el aire….
En lo que pensaba realmente es en pillarlo en una travesía y #pasadiña .
Ahora en serio, la travesía estuvo genial, quizá la organización un tanto floja en el antes y después, hace falta poner más medios antes de la travesía, para que la gente no se te muera de calor, o sino, no hagas que estemos tanto tiempo antes allí. Y después se puedo uno esmerar un poco más en el avituallamiento……. no sé, quizá sea yo, que soy raro y estoy acostumbrado al circuito Costa .