En el 2017 vi que se hacía otro Half en Galicia, y como dentro del Triatlón es la distancia que más me gusta (hasta que probemos Ironman) y siendo en Galicia porque no probarlo? Además la primera edición se hizo sobre Septiembre – Octubre, lo cual hizo que tuviera buen tiempo, pero sin que Lorenzo pegara tanto como suele hacerlo en el Northwest Triman.
Pues ale, me apunté, además teniendo en cuenta que el Half de Sanxenxo de mediados de Mayo se había anulado, pues todo me indicaba que podía estar bien, además los precios no fueron exagerados.
Pues nada, decidí apuntarme, teniendo en cuenta que sería el primer objetivo serio del año, aunque quizá un poco pronto, pensé, no habrá dado tiempo casi de salir a la carretera con la bici, debido al tiempo, así que parecía una incógnita.
Pues nada, llegó el 29 de Abril, y mi mujer y yo nos fuimos a Cambados. Ya desde el principio, hizo un tiempo de perros, el llegar no fue fácil entre la niebla y el agua, pero llegamos.
Esta primera estampa era de las 5.45 – 6 de la mañana, cuando se podía empezar a coger los dorsales y pasar a dejar la bici. Como veis, estaba diluviando, aunque en el momento de la foto no jarreaba tanto.
No había casi movimiento, y los pocos valientes que estábamos merodeando por allí estábamos debajo de una carpa comentando la jugada. Nos sorprendía ya de primeras que la transición no estuviera montada donde el año pasado, incautos…….
La hora de pasar el control del material, y pudimos dejar alguna de las prendas en bolsas que nos dio la propia fegatri para que no toda la ropa estuviera hundida.
ASí que hasta que empezó el jaleo, decidimos tomarnos un café/té en un bar contiguo. Ya para esa hora (7.00), muchas gente que se había desplazado decidió no salir de su cueva, y fuimos pocos los valientes que decidimos salir (por lo menos en el half).
Pues nada, nos dirigimos hacia la zona de la playa a la salida, y la primera fue en la frente: el agua nada tenía que ver con lo del año pasado, salía en medio de la playa y pasaba de tener 1900 metros, a 1300 metros.
Lo siguiente que me llamó la atención fue el largo peregrinaje desde la transición hasta el agua, además que en la playa había piedras y conchas que a muchos nos cortaron los pies, vamos un sumay sigue.
Salimos con 10 minutos de retraso, creo recordar, el agua más o menos fue bien, salí en un grupo, y me empecé a quitar el neopreno, pero la salida del agua tan larga, además teniendo que sortear todo tipo de piedras, rocas, y conchas, hizo que no pudiéramos correr bien.
Al subir las escaleras para salir a la acera, ya llevaba los pies ultracongelados, pero todavía quedaría lo más jodido llegar 600 metros después a la zona de transición, todo esto sin alfombra, y con un asfalto y acera helados.
Nada que al entrar en la t1, me tiré allí 8 minutos entre que me quitaba el neopreno, ponía calcetines y demás, entre otras cosas porque no podía ni mover manos y pies, pero esto era solo el aperitivo…….
Una vez puesto el casco, calcetines y demás nos metimos en lo que seguramente fue la bici más dura que he hecho, pero que más he disfrutado. Salté al circuito muerto de frío, y eso no estaba más que por comenzar.
Fueron 80 kms de bici, no demasiado dura, en la que se permitía ir acoplado, había cambios de ritmo, subidas , bajadas, en definitiva muy entretenido. Pero el agua hacía que mucha gente frenase en exceso y los que íbamos un poco más valientes, sufriéramos con sus frenazos. Por otro lado muchísima gente se retiró debido al frío. 2h y cerca de 40 minutos a a menos de 12 grados es una puta locura, y más con la lluvia que caía.
Se me estropeó el desviador con tanta subida y bajada, bajada y subida, cambiando tanto, y tuve que ir con plato pequeño y piñones bajos los últimos 20 kms, lo cual hizo que seguramente fuera más despacio pero también que las piernas fueran mejor.
Fue una batalla épica con un compañero triatleta, con el que estuve casi los últimos 30 kms mano a mano, sin nadie más en la carretera, adelantándome él, cogiéndole yo… precioso, y de hecho entramos en la t2 iguales…
Lo que pasa es que en la t2, las manos ya no sentían y los pies tampoco, costó un montón quitarse el casco, mucho más las zapatillas. Completamente empapado y muerto de frío, eché a correr, a una media de 5’15» o 5’30», el compañero corrió y corrió como los ángeles (sacándome en meta casi 12 minutos). Y empecé esos 20 kms heroicos de carrera a pie, los más bonitos que he vivido en carrera y duros.
Comenzamos la carrera a pie solos, y así acabamos, con tiempo perdido respecto al anterior competidor, y ganado respecto al siguiente. Así que la mayoría del circuito lo hice solo, con un distancia suficientemente cómoda para disfrutar del recorrido.
Un circuito de carrera a pie tremendamente recomendable, como rezaba en la inscripción, donde se hacía patente la soledad del corredor de fondo. Con muchos y muy buenos avituallamientos, transcurriendo por playas, puentes y zonas desoladas….
Pero el puente fue de largo lo que más me impactó, no sé si fueron en total 6kms en ese dichoso puente, quizá falle mi memoria 3 meses después, pero fue espectacular. Correr viendo a todos y cada uno de los que ya no eran competidores, sino sufridores, alentando a los que venían peor, y siendo alentado por los que venían mejor. Durante el transcurrir por dicho puente, daba tiempo a cantar, a pensar, a preguntarte que hago aquí, y a ver que mi ritmo no bajaba (como el del resto), que por fin una media maratón iba a salir bien en un half, recordando todos los entrenos metidos a las ordenes de la coach ana, el sufrimiento de todo el invierno. Pero estaba claro, que no iba a ser fácil, acabando la ida , a la salida del puente, empeoró de nuevo el tiempo, empezó a hacer frío a llover, imaginaos lo que son ya casi 4h de carrera y empieza a llover, a granizar , sin ningún sitio donde guarecerse, y así durante media hora más, éramos despojos más que competidores, pero dentro, había una llama, que decía lo estas haciendo colega, y muy bien además.
Agarramos el toro por los cuernos, me quité la gorra para que el viento no me la llevase, y los últimos 3kms volé, volé para mis tiempos a 4’45», no me lo podía creer, y de repente estaba ya cerca de la meta, sin saber cuanto tiempo había hecho, daba igual, pero eran 4h59′, si es cierto que el recorrido fue más corto, pero de largo fue el half más duro que he vivido, y el que mejor me lo he pasado.
Gracias oceanlava por ponerme las cosas difíciles de nuevo, y gracias por sacar lo mejor de mi mismo. Es una pena, que no haya una tercera edición, porque estaría deseando de volver a vivir ese puñetero puente…. ese puente es lo que muchas veces visualizo cuando voy corriendo y no tengo nada dentro, porque ese día estaba mucho peor……
Que grande es la media distancia, cómo me gusta, y cómo la sufro.
Y sobre todo dar las gracias a mi mujer claudia , porque ese día se levantó a las 03.00 para ir conmigo a la otra punta de galicia, y se empapó y me dio su fuerza, para una vez más llegar a la meta. Porque la media y larga distancia, no es solo del que la entrena.
Xabier Rivas 